viernes, abril 25, 2008

Parte de lo prometido...

Como lo prometido, dicen las malas lenguas, es deuda, tratamos de cumplir a cabalidad con lo mismo, sea lo sea que eso signifique.

Aqui algunos de los poemas de los integrantes del TLC.

Daniela Cruz

Desahogo sin café
Hace tanta falta el café para caminar con fuerzas la calle Del Sol, para bajar en neutro la vía hacia la soledad de un parque que ya no es el parque, donde no podré subirme a la cabeza de Colón o sentir el suelo derrumbarse a causa de una lluvia besada con rabia inocente. La San Luís ya no contiene mi prisa de saber o mi lentitud de alejarme de la ciudad, ya no la camino más de mano o embriagada de ese negro sabor a mañana fresca, a noche infinita de piel, a desatino por horas en la quiebra de las voces. Esta colada ausencia me persigue cada cuanto, y todas las aceras se quedan esperando mi despedida, mi beso robado al asfalto mi mano militar de ingenuidad bizarra.



Evelyn Taveras

Mi pecho de arena y desmesurado sol
Mi pecho de arena y desmesurado sol
para tus manos húmedas de sal
trazos firmes coloreando una palabra infinita,
cielo vasto de horas luminosas,
como la noche y el mar
vienen a ofrecer calma a mi orilla tumultuosa de antiguos oleajes.


Israel Arias

Du Nil

des personne, qui sontentourer, doid,faim , soif , desepoir , douleur du mort fourlaser d"ils, du le ventre enflande, le propietaire du plat qui plair , les enfants du personne, les englutir pour les ouvlie , lasse marque en terre boulanger avec larme et cendre.


Los nadies

los nadies, los rodiandos de dolores, hambre, sed ,desesperación , sufrimiento, muertes burlándose de ellos, los de vientre inflados, los dueños de platos que grita , los hijos de nadies, los tragados por el olvido , dejando huella en tierra , mezclada con lagrimas y cenizas.


Augusto Bueno

Frente a una tumba

Mi madre vino cansada a ver las copas de los árboles. Rotundamente cansada como el velo en su rostro. Y gritó mi nombre escurriéndose por todas partes. Pude oírlo bajo la influencia de los pájaros muertos yéndose a volar hacia ninguna parte de los aborígenes celestiales. Ella continuó con sus lamentos de gusanos enjaulados, presa de un temor apacible. Cada curva de sus mejillas son grandes ríos de la tierra desprotegida por los dioses, por cada mirada hacia la esperanza de que un día ellos, vuelvan sus ojos en llamas y nos miren tristes, desolados.
El cansancio de mi madre regresó temprano a metérseme por las manos. Sí, terriblemente cansada como esa piel plegada y horrible en sus quejidos. Aun puedo escuchar mi nombre floreciendo en las copas de los arbustos pese al largo día cuando salí a asesinar las ratas de toda la comarca con los vecinos perros de Carmelo y Pastor. Fui en busca de los nidos y los huevos de negros pájaros sosegaron la herida de mi voz. Traen la noche pegada a sus plumas. Y forman una colonia de sombras aladas, dioses reverberantes, ruidosos anegando mi nombre brotando desde la tumba de mi madre.


Arlyn Abreu

Estuvimos toda la noche juntos, conversando, no, mejor dicho, yo escuchándote hablar. Y vi la lluvia caer, la que decías que caía, la que escuchaba y no veía. En la oscuridad, entre las sombras de los muertos, en los suburbios de un te quiero, me abrazabas, mejor dicho, yo te abrazaba. Y miraba en mi pensamiento aquellas cosa que decías. Construías palabras que encadenaban la realidad. Luego todo se fue convirtiendo en truenos espantosos, en mejillas mojadas. Y una almohada venía a limar la noche. Y quedabas tu, siempre tu, con tu desolador acompañamiento.


Reyna Mendoza

¨ El Sol en otro cuerpo ¨

Si al menos pudiera
pasar algunas horas
detrás de tu oreja
en el invisible trance
donde el cielo pierde la vista
y el sol
renace en otro cuerpo.


Carlos J. Núñez

37.
Pero conoceremos otros nombres, Ánima, otras primaveras, que cruzaran este cielo teñido de rojo gamuza, y hablaras por las copas, y levantaras el meñique diciendo hasta luego, hasta que los perros vuelvan a dormirse y descansen sus orejas, extraviados, con los rostros bajo tus brazos. Porque ya no importa —Alejandra, Wendy, Esther—en esta habitación hemos muerto, hermosos, sonrojados, dejando los ojos abiertos, quebrando las copas y aquella noche porque, Ánima, no existes, y quizás entonces mientras caigo tambaleante y borracho, cante, con tus otros nombres, con mis otros nombres y conozca esas otras primaveras.

2 comentarios:

Wasarry dijo...

Yo quiero ir al TLC!

Israel, empiezo a admirarte como poeta, me encanta lo que escribes!

Grito de Mujer | Woman Scream | Cri de Femme dijo...

Muchachos, a que correo los contactamos?